El orureño Lizandro Coca empezó, hace más de dos décadas, a esculpir figuras con relieve en poliestireno expandido. Ahora lo convirtió en un arte y en un emprendimiento, que lo llama Ananay - Pasión y Arte
Llaman la atención la muñeca Monster High de medio metro que está en la ventana y un Mickey Mouse de 1,5 metros que se encuentra en la puerta de un negocio rodeado por tiendas de repuestos mecánicos, en la avenida Héroes del Acre, en la zona de San Pedro de La Paz. Los más obnubilados por estas obras son los niños, quienes ruegan a sus padres ingresar en esta especie de museo de figuras singulares, donde el escultor está en un rincón, concentrado en terminar su próximo trabajo en plastoformo.
Praxíteles, Donatello, Miguel Ángel, Gianlorenzo Bernini y Auguste Rodin son algunos escultores que influyeron sobremanera en la historia del arte porque, además de haber persistido en el tiempo, son tomados como inspiración hasta nuestros días. Lizandro Coca tal vez sea uno de los que se imbuyeron con esos conocimientos para dedicarse a la creación de figuras hechas con poliestireno expandido.
Lizandro —nacido hace 50 años en Oruro— está sentado delante de una mesa amplia, bañada con un desorden aparente, donde tal vez sea el único que sabe dónde se encuentra cada objeto que le ayudará a terminar sus obras. Estiletes, cuchillos, alicates, una cortadora de plastoformo, tijeras, pinceles, barniz y pinturas son algunos elementos que le acompañan en su labor diaria.
Mientras sigue dando los detalles de un Spider-Man, el escultor cuenta que estudió Contaduría Pública y que por un tiempo se dedicó a la auditoría. No obstante, pronto sintió que no se sentía cómodo con esa vida y que esperaba la hora de salida para sentirse libre. “Los primeros años estaba trabajando bien, pero me sentía como que encarcelado, como que no era lo mío”, confiesa.
Hace más de dos décadas llegó a su existencia el oficio de esculpidor de plastoformo, como si el destino le tuviera reservado conocer este arte. Se acercaba el cumpleaños de su hija mayor (Daniela), así es que Lizandro quería darle algo diferente, así es que tomó estiletes y modificó algunas hojas de afeitar para formar en plastoformo a todos los personajes de la película de Disney La Sirenita. “Lo hicimos como un entretenimiento. Quería algo diferente, con relieve”, recuerda los detalles, así como que su cuñada se encargó de dar color las figuras con pintura de acrílico.
Wendy Humérez —esposa de Lizandro— aclara que la afición de su esposo no es casual, sino que viene de sus ancestros, pues varias generaciones de su familia se dedicaron a hacer instrumentos de cuerda. “Se dice que su padre enseñó a tocar charango a Zulma Yugar y que dio guitarras incluso a Los Kjarkas. Eran bien famosos”, revela. “Mi papá (José Coca) tallaba bellas figuras en la parte trasera de las guitarras y charangos, y yo le ayudaba con el lijado y el tallado de pequeños objetos”, complementa Lizandro.
Lo cierto es que la fiesta de cumpleaños de Daniela salió bien, no sólo porque todos se divirtieron, sino también porque su padre recibió, al poco tiempo, pedidos de figuras similares para actividades especiales.
El nombre de un negocio es importante, más aún cuando empiezan a llegar más pedidos. Por esa razón, Lizandro y Wendy decidieron bautizarlo como Ananay (del quechua, que significa bonito) – Pasión y Arte. “Son obras como si las hiciera para mí o para mi familia. No es un trabajo que lo hagamos a la rápida, sino que es algo personalizado”, dice el escultor.
En una mesa están todas las herramientas que necesita para formar las figuras, desde un cuchillo con la hoja de metal curveada y larga, pasando por varios estiletes y terminando por un cautín para formar las texturas.
Ya sea por una llamada telefónica, un contacto a través de las redes sociales o la visita personal de los clientes, Ananay recibe los pedidos con cada vez más regularidad. En algunos casos son letras, en otros son figuras de Disney, pero también pueden ser trabajos más detallados, como un Batman o un Joker de Lego de metro y medio, partes del cuerpo humano casi reales, hasta tapas de cuaderno con figuras que hacen referencia a la saga de Harry Potter.
Desde hace algún tiempo, Wendy se unió al emprendimiento de manera más decidida, por lo que ahora utiliza un programa informático para mejorar los diseños y también está aprendiendo a tallar. “Es una alegría única porque es como dar vida a un pedazo de materia”, asevera. Es por ello que no les ha importado mucho no dormir, con tal de terminar los pedidos.
Lizandro dice que Ananay – Pasión y Arte está creciendo, de tal manera, que ahora quiere mejorar sus trabajos, ya que después de trabajar un plastoformo más denso y de poner barniz para que sus obras sean resistentes al agua, también pretende complementarlos con luces LED. “En el futuro quiero tener mi propio salón de fiestas, donde tenga la decoración de lo que me pidan, con la temática que soliciten”. Es un sueño que espera lograrlo pronto, en un lugar que parece un pequeño repositorio de esculturas que esperan ser admirados en el centro paceño.
Contactos
Ananay - Pasión y Arte se dedica a la elaboración de piñatas personalizadas, letreros, logotipos, maquetas de anatomía, decoraciones y todo lo que signifique un reto para Lizandro Coca. Para más información, comunicarse con el número telefónico 75206060, a través del muro @ananaypasionyarte en Facebook o visitar la tienda, que está ubicada en la avenida Héroes del Acre, casi esquina Otero de la Vega, en la zona de San Pedro.
Texto y videos: Marco Fernández Ríos
Fotos: Marco Aguilar y gentileza de Ananay - Pasión y Arte
Comments